miércoles, 14 de octubre de 2015

PRODUCCIÓN ECOLÓGICA DE LA ENERGÍA

https://www.youtube.com/watch?v=f9haEZd66WE
La responsabilidad social es un término que se refiere a la [respnsabilidad|carga, compromiso u obligación]], de los miembros de una sociedad ya sea comoindividuos o como miembros de algún grupo tienen, tanto entre sí como para la sociedad en su conjunto. El concepto introduce una valoración positiva o negativa al impacto que una decisión tiene en la sociedad. Esa valorización puede ser tanto ética como legal, etc. Generalmente se considera que la responsabilidad social se diferencia de la responsabilidad política porque no se limita a la valoración del ejercicio del poder a través de una autoridad estatal.
La responsabilidad social es la teoría ética o ideológica que una entidad ya sea un gobiernocorporaciónorganización o individuo tiene una responsabilidad hacia la sociedad. Esta responsabilidad puede ser “negativa”, significando que hay responsabilidad de abstenerse de actuar (actitud de “abstención”) o puede ser “positiva”, significando que hay una responsabilidad de actuar (actitud dinámica).
El ser humano por necesidad, se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se encuentre; estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les denomina responsabilidades sociales.
La idea de que los individuos tengan una responsabilidad para su sociedad se remonta a los filósofos griegos y el sistema romano de legalidad.1
"En la antigua Grecia el pueblo libre tenía por costumbre, en ambiente de franco debate, participar y cuestionar los argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin embargo, la esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica";2 la vida de las personas era pública, no existía la intimidad y por tanto era normal ver personas desnudas de todas las edades compartiendo todo; por tanto la responsabilidad de cada persona que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en cualquier asunto público.
En la Edad Media Occidental las creencias eran las que mostraban las reglas de convivencia y el diario vivir de cada persona, por tanto si alguna persona no aceptaba la religión era castigada, perseguida y excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único objeto de obtener la salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera Iglesia",2 con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la responsabilidad era exigir el respeto los espacios privados y a su vez vigilar que se cumplan las leyes establecidas por la iglesia.
La Edad Moderna se caracterizó por un gran movimiento intelectual; la razón se convirtió en el centro de todo, los derechos del hombre aparecieron y con estos la esclavitud dejó de existir; por tanto "una de las principales obligaciones de los actores sociales consistió en defender la libertad y promover los derechos humanos"2 además se le dio responsabilidad al Estado con los individuos y con exigir el cumplimiento de las reglas sociales de la época.
Así, por ejemplo, el estoicismo pone énfasis en los deberes cívicos, la responsabilidad social, la importancia de una buena ley y la igualdad de los derechos ciudadanos. Uno de sus grandes representantes, Cicerón, en libro primero de “Los Deberes”, habla sobre los deberes que tiene el hombre hacia la sociedad y hacia él mismo y propone que existe sólo una ley verdadera. Esta ley es la recta razón, la cual de acuerdo con la naturaleza, gobierna sobre todos los hombres, es eterna y no cambia. La misma impulsa a los hombres al cumplir con sus deberes, prohibiéndoles hacer el mal.3
Luego de esto llegó la Edad Contemporánea, donde la tecnología y el avance científico predomina, cada día es más fácil acceder a la información, se necesita acumular bienes para tener una mejor calidad de vida; "valores como la eficiencia y la eficacia, actitudes positivas frente al compromiso el cumplimiento, una buena educación, además de habilidades comunicativas de negociación facultan a las personas para hacer parte productiva de la sociedad".2 Estos comportamientos se convierten en una responsabilidad para la sociedad; el Estado ya no es lo más importante, ahora las empresas tienen un poder, ya que el mercado es lo que predomina.
Es notorio que a medida que pasa el tiempo la responsabilidad social cambia; lo que era bueno para algunos tiempos después se convirtió en un delito y viceversa, las personas tienen la obligación de ser responsables con la sociedad moral y legalmente, independientemente de si no están de acuerdo; cabe resaltar que las normas de conducta las determina la entidad que tenga más poder en el momento, como la iglesia, el Estado, las empresas, entre otros; ellos determinan las reglas aceptadas de acuerdo con la situación en que se viva.
== Responsabilidad social en colombia juan ramos ==
En la actualidad la responsabilidad social se considera un concepto normativo no obligatorio o “ley blanda” (es decir, sin la fuerza de la ley), tales como los plasmados en algunos acuerdos internacionales, por ejemplo, la “Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos” adoptada por la UNESCO4 etc.5
Esto ha dado origen no solo a diferentes tentativas o percepciones “sectoriales” de establecer mecanismos de "responsabilidad social” -la más notable entre las cuales son las referentes a responsabilidad social corporativa o “responsabilidad social empresarial” (RSE)6 7 - sino a nuevas propuestas acerca de las implicaciones institucionales del concepto.8
Notable entre esas nuevas percepciones es la de Claus Offe, para quien responsabilidad social tiene, como principal entre sus funciones en las complejas sociedades modernas, actuar como mecanismo de creación y promoción de una “moral autónoma y el autocontrol civilizado de sus miembros [o, por decirlo a la inversa, en la medida en que no puedan compensar de manera suficiente los déficit de tal autocontrol con el aporte de los medios (coercitivos) del derecho y (estimulantes) del dinero.
https://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_social


LA CIENCIA CON SENTIDO SOCIAL

Ciencia con sentido social

Si tomamos en cuenta los orígenes del conocimiento, notamos que la ciencia fue absuelta de forma deliberada de su dimensión social, histórica, cultural y humana, se puede observar que la tradición epistemológica tradicional, desunió la ciencia de la política; es decir se quiso tener una ciencia aséptica desvinculada de la valoración social sin contaminación de los problemas sociales y hasta desvinculada de la ética, razón por la cual se permite comprender el por que del actuar de nuestros científicos y hacedores de ciencia; por el contrario y ante las nuevas realidades se hace necesario plantear entonces como prioritario ante la diversidad de situaciones problemáticas de que lo que se trata ahora es el lograr establecer marcos epistémicos que permitan religar la ciencia y la política, vista la religancia como máxima epistemológica que es aquella que señala que es necesario crear espacios vinculantes sin dejar de distinguir.(Morín, 2004).

En ese sentido, Varsavsky, en el libro Ciencia e Ideología, “clama no sólo por la integración de ciencia y política sino que propone a la ideología como guía explicita, y no ya solapada, de planificación de una política científica que fije contenidos concretos de la ciencia-tema y métodos que ayuden a propiciar y sostener un cambio revolucionario de la estructura social en su conjunto”, lo cual es razonable ante el embate permanente y deliberado del poderío económico y comunicacional y la carga ideológica de la globalización informativa y el neoliberalismo cultural que se manejan desde los centros del conocimiento presentando una aparente neutralidad de la ciencia e ignorando de forma deliberada que “la ciencia es un quehacer humano y, por tanto, sometido a los intereses e ideologías de las personas que lo llevan a cabo como es el caso de los científicos”.( Martín, M et al).

Otros elemento relevante a considerar en la separación ciencia sociedad, es el relativo a la metodología, a sabiendas de que existe el connotado método científico, el cual es el plan aceptado por los centros de poder como el único y admitido camino para la verificación de la investigación, sin embargo, otros opinan “ que la adhesión por los métodos cuantitativos encubre, en la ilusión de la libertad de investigación, un mecanismo que garantiza la sujeción del científico a las estrategias de expansión del capital y las leyes del mercado” ( Varsavsky, O); es decir, que para muchos científicos todo lo que no es objeto de medición, tangible, observable no puede entrar en la dimensión de lo científico, lo cual seria negar la amplitud y la rigurosidad del conocimiento desde otras formas de abordaje, como podría ser lo cualitativo y lo holístico, el abordaje interdisciplinario.

Sobre el método científico, habría que decir, que si bien es cierto su abordaje ha resultado valido para muchas actividades científicas del laboratorio, tampoco es menos cierto que ante la complejidad de la realidad resulta bastante limitado para enfrentar y dilucidar problemas que emergen de la realidad, y que requieren la conjunción de diversas disciplinas a través de puentes entre las ciencias “exactas” y las humanidades que sin duda al actuar en forma conjunta sobre algún objeto pueden arrojar respuestas de carácter trascendental para el desarrollo y ser parte de una formación más integra para los hacedores de ciencia, siendo esta una alternativa que permita superar la visión restringida intrínseca del método científico, permitiendo incorporar otros modos de producción de conocimientos y saberes.

Para quienes han sido formados y adoctrinados en el alienante academicismo , el científico debe ser objetivo, imparcial, ajeno a prejuicios ante sus resultados y la ciencia debe estar desligada de preconcepciones que la desvirtúen de la búsqueda de la verdad, concepción esta fundada en el inductismo; por otro lado están quienes como Kuhn dejan claro que los sesgos y los dogmas estarán siempre presentes en los hombres y mujeres de ciencia siendo imposible que la ciencia avance hacia la búsqueda frugal de la verdad; en todo caso sería una verdad relativa que depende de los intereses adaptados a los mecanismos de centros de poder donde se toman las decisiones, en las cuales el científico no tiene participación, precisamente por la llamada objetividad de la ciencia, la cual ha traído como consecuencia la creación de científicos desligados del contexto que los mantiene, siendo piezas acríticas de los poderes donde se toman las decisiones política o económicas, asumiendo un comportamiento, con el perdón de los científicos, de bárbaros especialistas. (Llambi y Muradían).

Dentro de la construcción polémica del socialismo del siglo XXI, es evidente, que la ciencia y sus hacedores deben ocupar un espacio que permita asumir y establecer cambios de actitudes consustanciados de forma edificante con los lineamientos y los preceptos de la Revolución Bolivariana, por ello a partir del año 2006, nace La Misión Ciencia que se plantea “ torcerle el cuello al modo de hacer ciencia heredada; el asunto es erradicar los discursos y prácticas que pertenecen a los viejos paradigmas hoy en desuso. La misión ciencia se propone justamente construir en el país una nueva cultura científica, es decir, otro modo de producción de conocimiento, de otro modo de enseñarlo, otro modo de gestionarlo…” (Lanz, R).

Una de las virtudes del proceso de la Revolución Bolivariana, es precisamente plantearse metas originadas a partir del cuestionamiento de todo aquello que impide el desarrollo real del país vinculado a resolver los agobiantes problemas de la sociedad que permita superar el despojo al cual fue sometido entre ellos la ciencia y el conocimiento, lo cual lleva a pensadores como Rigoberto Lanz y otros contemporáneos a ser enfáticos y tenaces en la necesidad “de subvertir los modos de hacer ciencia, las maneras de enseñarla”, cuestionando las formas de cómo se organiza y se efectúa la actividad cognitiva en las universidades, pero sin olvidar lo que hasta ahora ha sido la visión en el subsistema de educación básica siendo “preciso repensar a fondo la manera como hoy se enseña en todo el aparato escolar”, así como revisar íntegramente los centros de formación de formadores de los institutos pedagógicos organizados en la UPEL y las Escuelas Educación.

Por otro lado, ante la necesidad de la vinculación de la ciencia con la problemática social, hay investigadores que vienen mostrando su acuerdo ante la falta de responsabilidad social y sobre el desconocimiento en cuanto a la ética de la ciencia, reconocen que la universidad nos los entrena, de lo cual podría inferirse que la formación del hacedor de ciencias se inscribe dentro de un modelo educativo orientado en una “ideología mecanicista sustentada en la orientación cientificista y tecnocrática….siendo lo más importante el logro de la eficiencia a través de una visión fragmentaria del conocimiento, donde lo técnico priva sobre lo teórico y lo social”.(Quintero, M)

Estas reflexiones que en parte tienen que ver con una visión política de la ciencia y acusadamente critica, es una manifestación ante la necesidad de que los hacedores de ciencia asuman un papel más protagónico y sus acciones sean más vinculantes ante las realidades sociales, por lo tanto a manera de conclusión se debe abogar por una ciencia plural, critica, abierta a la diversidad de enfoques y permeable a la discusión ideológica y consciente de que mientras abunden problemas como consecuencia de las injusticias sociales no habrá una ciencia objetiva, y por tanto el científico debe procurar de darse una formación política e ideológica que le lleven a ser un actor más independiente en el escenario social del cual irremediablemente forma parte como ciudadano; La reflexión epistemológica que se hace desde el recinto científico debe asumir el ámbito político del conocimiento científico del cual ha sido deliberadamente execrado; Las instituciones formadoras de científicos, deben abrir espacios para promover la formación y el análisis critico de las sociedad con la finalidad de dotar de herramientas conceptuales y despojarlo de su timidez política y hacerlo participe de los problemas y sus posibles soluciones.

Hoy tenemos una política nacional, fuerte y coherente, de un verdadero proyecto político como lo es el socialismo del siglo XXI, el cual ha demostrado que va más allá de lo coyuntural, en la cual la actividad científica, dentro del ámbito político y social, conjuntamente con las ciencias sociales puede y deben asumir umbilicalmente el escenario para proporcionar además de la comprensión de los problemas y perspectivas del país, el gran aporte a sus soluciones desde la configuración de la integración y soberanía cognitiva buscando el bienestar de la población.

http://www.aporrea.org/ideologia/a166630.html

MANEJO DE DERECHOS



I. Introducción

La inadecuada recolección, transporte, almacenamiento y disposición final de los desechos hospitalarios puede provocar daños físicos serios e infecciones graves al personal que labora en los hospitales, a los pacientes y a la comunidad en general.
La manipulación de estos desechos   incrementa el riesgo para el trabajador hospitalario, que puede contaminarse la piel o las conjuntivas oculares, herirse con objetos cortopunzantes, inhalar aerosoles infectados o irritantes, o ingerir en forma directa o indirecta, el material contaminado.
Un mal manejo de desechos puede facilitar la transmisión de enfermedades intrahospitalarias, causando un aumento en el número de días de hospitalización, en los costos de tratamiento y en la mortalidad intrahospitalaria.
Las heridas con cortopunzantes pueden transmitir virtualmente todo tipo de infección, aunque las más frecuentes son: hepatitis B y C (VHB), VIH/SIDA, malaria, leishmaniasis, tripanosomiasis, toxoplasmosis, criptococosis, infecciones por estreptococos y estafilococos.
Adicionalmente, las sustancias químicas y radioactivas utilizadas en los establecimientos de salud para el mantenimiento y desinfección de las instalaciones y para el tratamiento de los pacientes, tienen un riesgo químico importante.
Además, existe la posibilidad de que la exposición prolongada a contaminantes infecciosos y/o tóxicos, aunque sea a niveles bajos, pueda incrementar la susceptibilidad del personal de salud y de los pacientes, para desarrollar enfermedades preexistentes.
Todo este riesgo infeccioso y químico puede ser controlado mediante un manejo adecuado de los desechos hospitalarios.
Los estudios realizados por Fundación Natura y Fundación Enfermera y la evaluación realizada por el Ministerio de Salud, demostraron que existe un inadecuado manejo de los desechos hospitalarios, lo que determina que en la mayoría de instituciones del país exista la posibilidad de un incremento del número de infecciones nosocomiales y de afectación de la población general.
El Reglamento de Manejo de Desechos en los Establecimientos de Salud (Registro Oficial No. 106, enero 1997) es un estímulo importante para establecer políticas nacionales que busquen la solución de este problema. Tanto el reglamento como el presente manual contaron con la participación del Comité Interinstitucional para el Manejo de Desechos Hospitalarios, coordinado por la Dirección de Salud Ambiental del Ministerio de Salud.
Este manual recoge experiencias y normas de varios países y de instituciones internacionales y ha sido elaborado tomando en cuenta la infraestructura y las disponibilidades existentes en el país. Esto se ha hecho con la finalidad de facilitar su aplicabilidad a nivel nacional y de esta manera garantizar el derecho que tienen los pacientes, los familiares y los trabajadores de la salud, a trabajar y vivir en un ambiente sin riesgos de contaminación.

1. Objetivos, Beneficios y Metas

1.1 Objetivos
El manual tiene por objeto facilitar la aplicación del reglamento y la ejecución de las actividades relacionadas con todas las fases del manejo de desechos en: hospitales, clínicas, centro de salud, dispensarios, laboratorios clínicos y de patología, de radiodiagnóstico, consultorios médicos y odontológicos, clínicas veterinarias, etc.
Los objetivos finales son:
  • Incrementar la seguridad, evitando la exposición de los trabajadores y la comunidad.
  • Trabajar por la salud pública, a través del control de esta vía de diseminación de infecciones.
  • Mejorar la calidad del ambiente disminuyendo la contaminación.
1.2  Beneficios
  • Entre los principales beneficios podemos señalar:
    Incremento de la seguridadAl establecer el programa se brinda mayor seguridad al personal, pacientes y visitantes de estos establecimientos. Con un manejo adecuado de los residuos se corta la cadena de transmisión de los gérmenes patógenos contenidos en los desechos y se evita la aparición de agentes transmisores dentro y fuera del hospital.
  • Reducción del impacto ambientalSe reduce la cantidad de residuos peligrosos existentes en la ciudad y se mejora la imagen de los establecimientos de salud.
    Junto con los departamentos o empresas de aseo de los municipios se promueve la correcta transportación y disposición final de los desechos infecciosos, minimizando el impacto que éstos pueden ocasionar al ambiente.
  • Optimización de los costosEl manejo desorganizado de los residuos, particularmente de los infecciosos, incrementa el número de infecciones intrahospitalarias y el ausentismo del personal. Ambas situaciones, elevan los gastos de atención médica y los costos por días no laborados.
    Al separar los desechos infecciosos, que constituyen sólo el 10% del total, disminuyen los costos de tratamiento ya que el 90% de residuos no lo necesitan.
    Si los programas de manejo logran separar reciclables y venderlos, estos ingresos ayudan a cubrir los gastos que implica el manejo adecuado.
1.3  MetasEl Manual de Manejo de Desechos tiene las metas siguientes:
  • Proporcionar una herramienta técnica de consulta.
  • Lograr que cada establecimiento de salud cumpla las normas y procedimientos básicos y llegue a tener su propio programa institucional.
  • Apoyar a la consolidación del Comité de Manejo de desechos que debe dirigir el programa de gestión en cada unidad.
  • Concientizar al personal de salud del país de los riesgos y costos para las personas y el ambiente, que entreña el inadecuado manejo de desechos sólidos; y, lograr que los trabajadores de salud se conviertan en agentes de cambio.

II. Técnicas de Manejo de Desechos

En este Capítulo se describen las normas técnicas que deben cumplirse en cada fase del manejo de los desechos hospitalarios (Para organización del manejo ver sección IV). Incluye los siguientes puntos:
  • Tipos de Desechos: identificación
  • Generación y separación
  • Almacenamiento y transporte
  • Tratamiento
  • Disposición final

2. Tipos de Desechos

Los desechos producidos en los establecimientos de salud se pueden clasificar de acuerdo a su riesgo en:
  • Desechos generales o comunes
  • Desechos peligrosos: infecciosos y especiales
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Tipos de desechos
2.1 Desechos generales o comunes
Son aquellos que no representan un riesgo adicional para la salud humana y el ambiente, y que no requieren de un manejo especial. Tiene el mismo grado de contaminación que los desechos domiciliarios.
Ejemplo: papel, cartón, plástico, restos provenientes de la preparación de alimentos, etc. Constituyen el 80% de los desechos. En este grupo también se incluyen desechos de procedimientos médicos no contaminantes como yesos, vendas, etc.
Los otros tipo de desechos tienen varias denominaciones: peligrosos, médicos, biomédicos o clínicos y abarcan los subtipos infecciosos y especiales que constan a continuación.
2.2 Desechos infecciosos
Son aquellos que contienen gérmenes patógenos y, por tanto son peligrosos para la salud humana.
Constituyen del 10 al 15% de los desechos. Incluyen:
  • Desechos de laboratorioCultivos de agentes infecciosos y desechos biológicos, vacunas vencidas o inutilizadas, cajas
    de Petri, placas de frotis y todos los instrumentos usados para manipular, mezclar o inocular microorganismos.
  • Desechos anátomo-patológicosOrganos, tejidos, partes corporales que han sido extraídas mediante cirugía, autopsia u otro procedimiento médico.
  • Desechos de sangreSangre de pacientes, suero, plasma u otros componentes; insumos usados para administrar sangre, para tomar muestras de laboratorio y paquetes de sangre que no han sido utilizados.
  • Desechos cortopunzantesAgujas, hojas de bisturí, hojas de afeitar, puntas de equipos de venoclisis, catéteres con aguja de sutura, pipetas y otros objetos de vidrio y cortopunzantes desechados, que han estado en contacto con agentes infecciosos o que se han roto. Por seguridad, cualquier objeto cortopunzante debería ser calificado como infeccioso aunque no exista la certeza del contacto con componentes biológicos. Constituye el 1% de todos los desechos.
  • Desechos de áreas críticas (unidades de cuidado intensivo, salas de cirugía y aislamiento, etc.)Desechos biológicos y materiales descartables, gasas, apósitos, tubos, catéteres, guantes, equipos de diáisis y todo objeto contaminado con sangre y secreciones, y residuos de alimentos provenientes de pacientes en aislamiento.
  • Desechos de investigaciónCadáveres o partes de animales contaminadas, o que han estado expuestos a agentes infecciosos en laboratorios de experimentación, industrias de productos biológicos y farmaceúticos, y en clínicas veterinarias.
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Tipo de desechos infecciosos
2.3  Desechos especiales
Generados en los servicios de diagnóstico y tratamiento, que por sus características físico-químicas son peligrosos. Constituyen el 4% de todos los desechos. Incluyen:
  • Desechos químicosSustancias o productos químicos con las siguientes características: tóxicas para el ser humano y el ambiente; corrosivas, que pueden dañar tanto la piel y mucosas de las personas como el instrumental y los materiales de las instituciones de salud; inflamables y/o explosivas, que puedan ocasionar incendios en contacto con el aire o con otras sustancias.
         Las placas radiográficas y los productos utilizados en los procesos de revelado son también
         desechos químicos. Deben incluirse además las pilas, baterias y los termómetros rotos que
         contienen metales tóxicos y además las sustancias envasadas a presión en recipientes metáli-
         cos, que pueden explotar en contacto con el calor.
  • Desechos radiactivosAquellos que contienen uno o varios núclidos que emiten espontáneamente partículas o radia-
    ción electromagnética, o que se fusionan espontáneamente.
          Provienen de laboratorios de análisis químico y servicios de medicina nuclear y radiología.
          Comprenden a los residuos, material contaminado y las secreciones de los pacientes en trata-
          miento.
  • Desechos farmaceúticosSon los residuos de medicamentos y las medicinas con fecha vencida. Los más peligrosos son los antibióticos y las drogas citotóxicas usadas para el tratamiento del cáncer.
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3. Generación y separación

Los establecimientos de salud producen desechos sólidos en volúmenes variables. La cantidad depende de varios factores: capacidad y nivel de complejidad de la unidad, especialidades existentes, tecnología empleada, número de pacientes atendidos con consulta externa y uso de material desechable. Los servicios de laboratorio, cirugía y cuidados intensivos son los que más desechos peligrosos producen.
3.1 Reducción y Reciclaje
Se debe intentar reducir la generación de desechos y esto se consigue especialmente mediante el reuso y el reciclaje.
Algunos objetos como tubos, guantes, sondas, etc. pueden ser reusados luego de una esterilización adecuada, siempre que se establezca los niveles de seguridad efectiva para los pacientes y el personal.
El reciclaje consite en recuperar la materia prima para que pueda servir como insumo en la industria.
Los materiales que se pueden reciclar con mayor facilidad son el papel, el vidrio y el plástico. La venta de éstos constituye un ingreso adicional que puede ayudar a cubrir los gastos que demanda el manejo adecuado de los desechos. Algunos tipos de plástico como el PVC no son reciclables y por tanto debe evitarse la compra de artículos fabricados con este material. (Ver capítulo 6.5).
Los restos orgánicos provenientes de la cocina, son utilizados en algunos hospitales para preparar abono que enriquece y mejora los jardines y áreas verdes de las instituciones de los alrededores.
3.2 Indicadores
Se establecerán indicadores de generación de los desechos sólidos: kg/ consultorio/ día, en la consulta externa. Esto permitirá calcular el número de recipientes y fundas plásticas que debe tener la institución y facilitará los controles periódicos para contabilizar los costos y evaluar el éxito del programa de reducción de desechos. La producción de desechos hospitalarios se calcula entre 2.3 y 4.5 kg/ cama ocupada/día. (Ver sección 10.2).
3.3 Separación
Los desechos deben ser clasificados y separados inmediatamente después de su generación, es decir, en el mismo lugar en el que se originan.
En cada uno de los servicios, son responsables de la clasificación y separación, los médicos, enfermeras, odontólogos, tecnólogos, auxiliares de enfermería, de farmacia y de dietética. El exceso de trabajo que demanda la atención directa al paciente no debe ser un obstáculo para que el personal calificado separe inmediatamente los desechos.
La separación tiene las siguientes ventajas:
Aisla los desechos peligrosos tanto infecciosos como especiales, que constituyen apenas entre el 10% y 20% de toda la basura. De esta forma, las precauciones deben tomarse solo con este pequeño grupo y el resto es manejado como basura común, por tanto, disminuyen los costos del tratamiento y disposición final.
Reduce el riesgo de exposición para las personas que están en contacto directo con la basura: personal de limpieza de los establecimientos de salud, trabajadores municipales, minadores, etc., ya que el peligro está en la fracción infecciosa y especial, que se maneja en forma separada. Permite disponer fácilmente de los materiales que pueden ser reciclados y evita que se contaminen al entrar en contacto con los desechos infecciosos.
Para separar los desechos se puede utilizar como guía la tabla I que da una idea sobre el tipo generado en cada unidad.

4. Almacenamiento y Transporte

Los desechos, debidamente clasificado se colocan en recipientes específicos para cada tipo, de color y rotulación adecuada y que deben estar localizados en los sitios de generación para evitar su movilización excesiva y la consecuente dispersión de los gérmenes contaminantes.
Debería existir por lo menos tres recipientes en cada área, claramente identificados: para los desechos generales, para los infecciosos y para los cortopunzantes.
Por ningún motivo los desechos se arrojarán al piso o se colocarán en fundas o recipientes provisionales.
Pueden existir recipientes especiales para almacenar desechos líquidos infecciosos o especiales, que deben ser sometidos a tratamiento.
La mayor parte de desechos líquidos se eliminarán directamente en los desagues que sean designados para este efecto.
De acuerdo al nivel de complejidad y al tamaño de los establecimientos de salud se establecerán los siguientes tipos de almacenamiento intrahospitalario:
  • Almacenamiento inicial o primarioEs aquel que se efectúa en el lugar de origen o generación de los residuos: habitaciones, laboratorios, consultorios, quirófanos, etc.
  • Almacenamiento temporal o secundarioEs aquel, que se realiza en pequeños centros de acopio, distribuidos estratégicamente en los pisos o unidades de servicio. Reciben funda plásticas selladas y rotuladas provenientes del almacenamiento primario.
  • Almacenamiento final o terciarioEs el que efectúa en una bodega adecuada para recopilar todos los desechos de la institución y en la que permanecen hasta ser conducidos al sistema de tratamiento intrahospitalario o hasta ser transortados por el servicio de recolección de la ciudad.
          Las áreas de almacenamiento temporal y final deben cumplir con las siguientes especificaciones técnicas:               
  • Herméticos, para evitar malor olores y presencia de insectos.
  • Resistentes a elementos cortopunzantes, a la torsión, a los golpes y a la oxidación.
  • Impermeables, para evitar la contaminación por humedad desde y hacia el exterior.
  • De tamaño adecuado, para su fácil transporte y manejo.
  • De superficies lisas, para facilitar su limpieza.
  • Claramente identificados con los colores establecidos, para que se haga un correcto uso de ellos.
  • Compatibles con los detergentes y desinfectantes que se vaya a utilizar.
         El tamaño y la capacidad dependen del tipo de almacenamiento:
  • Para almacenamiento inicial: capacidad no mayor a 30 litros, forma cónica con base plana, sin patas.
  • Para almacenamiento temporal: capacidad de 30 a 100 litros, forma cónica con base plana. Puede tener ruedas para facilitar su movilización.
  • Para almacenamiento final: capacidad no menor a 500 litros, forma rectangular, con patas. características deberán ser aprobadas tanto por el Hospital como por el servicio de  recolección de basura de la ciudad.
Pueden usarse diferentes tipos de materiales. Los más apropiados son los de polietileno de alta densidad, fibra de vidrio, acero y material metálico no oxidable. Deben ser lavados cuando haya existido contacto con desechos infecciosos y para mantenerlos permanentemente limpios. Los recipientes destinados para almacenamiento temporal de             desechos radiactivos deberán ser de color amarillo y de un volumen no superior a 80 litros, con fondo de acero inoxidable, con aros que faciliten su manejo y provistos de tapa hermética.
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Recipientes reusables
4.2 Recipientes desechables
Los recipientes desechables más comúnmente utilizables son las fundas plásticas, y muy ocasionalmente embalajes de cartón. Las fundas deben tener un tamaño adecuado de acuerdo al tipo de almacenamiento. Pueden estar recubriendo internamente los recipientes sólidos o estar contenidas en estructuras de soportes especiales.
Características
  • Deben ser resistentes, para evitar riesgos de ruptura y derrame en la recolección y el transporte. Esta resistencia no depende únicamente del espesor sino de características de fabricación. Por tanto, se deberán hacer pruebas de calidad de las fundas plásticas periódicamente, para escoger las más adecuadas.
  • Los espesores recomendados son:
      30-40 micrómetros (0.03 - 0.04 mm) para volúmenes de 30 litros.
      60 micrómetros (0.06 mm) para volúmenes de más de 30 litros. En casos especiales se utilizarán
      fundas de 120 micrómetros (0.012 mm).
      Es preferible que sean de material opaco por razones estéticas y deben ser impermeables para
      evitar fugas de líquidos.
Manejo
Las fundas se deben doblar hacia afuera, recubriendo los bordes y 1/4 de la superficie exterior del contenedor, para evitar la contaminación de éste. Se las retirará cuando su capacidad se haya llenado en las 3/4 partes, cerrándolas con una tira plástica o de otro material, o haciendo un nudo en el extremo proximal de la funda.
En el recipiente debe colocarse una nueva funda de reemplazo del mismo color y con la misma identificación.
4.3 Identificación
Los recipientes reusables y los desechables deben usar los siguientes colores:
  • Rojo: Para desechos infecciosos especiales
  • Negro: Para desechos comunes.
  • Gris: Para desechos reciclables: papel, cartón, plástico, vidrio, etc.
  • Amarillo: Para desechos radiactivos.
Nota: En algunos países se usan otros colores para la identificación de los desechos.
Las fundas rojas en lo posible deben ser marcadas con el símbolo de desecho biopeligroso.
Si no hay fundas plásticas de estos colores, pueden usarse de un solo color pero claramente identificadas con los símbolos o con rótulos de cinta adhesiva.

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Símbolos de identificación
4.4 Recipientes para cortopunzantes
  • Los objetos cortopunzantes, inmediatamente después de utilizados se depositarán en recipientes de plástico duro o metal con tapa, con una abertura a manera de alcancía, que impida la introducción de las manos. El contenedor debe tener una capacidad no mayor de 2 litros. Preferentemente transparentes para que pueda determinarse fácilmente si ya están llenos en sus 3/4 partes.
  • Se pueden usar recipientes desechables como botellas vacías de desinfectantes, productos químicos, sueros, etc. En este caso se debe decidir si el material y la forma con los adecuados para evitar perforaciones, derrames y facilitar el transporte seguro.
  • Los contenedores irán con la leyenda: Peligro: desechos cortopunzantes.
  • Existirá un contenedor por cada cama en las áres de aislamiento y cuidados intensivos, y una por cada cuarto en las otras áreas.
  • No es necesario tapar la aguja con el protector. Las jeringillas se colocan directamente sin el protector dentro del recipiente de los cortopunzantes. En caso de emergencia, cuando sea necesario tapar la aguja, hay que hacerlo con una sola mano. La tapa o protector permanece en la mesa, y se puede sujetarse con un esparadrapo (Ver Gráfico No.6).
  • Los recipientes llenos en sus 3/4 partes, serán enviados par su tratamiento al autoclave o al incinerador. Se puede usar también la desinfección química mediante una solución de hipoclorito de sodio al 10% (Ver capítulos 5.1 y 7.1 y tabla 7) que se colocará antes de enviar al almacenamiento final, es decir cuando se haya terminado de usar el recipiente. Esta solución no debería colocarse desde el inicio ya que se inactiva con el tiempo y puede ser derramada mientras el recipiente permanece abierto y en uso.
  • Para prevenir la utilización futura de estos envases pueden ser sometidos a aglutinación o encapsulación (Ver capítulo 5.2). Esto no es necesario cuando son tratados con autoclave ya que las jeringas quedan convertidas en una masa plástica firmemente unida al recipiente.
Existen otros equipos para recopilar y aislar las agujas:
  • Algunos equipos cortan las agujas y las recopilan. Sin embargo, pueden provocar la salida de partículas infectantes y dejan la jeringuilla con restos metálicos que todavía pueden ser peligrosos.
  • Otros equipos funden las agujas. Para ello utilizan un arco eléctrico de alto voltaje que funde las agujas en segundos y las convierte en polvo metálico. Puede considerarse como un método de tratamiento ya que destruye los gérmenes por las altas temperaturas que alcanza.
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Manejo de cortopunzantes
4.5 Recipientes para laboratorio
Los desechos de laboratorio deber ser colocados en recipientes plásticos que eviten fugas de líquidos contaminantes. Es necesario que sean resistentes al calor y abiertos o permeables al vapor para permitir su tratamiento en el autoclave, luego de lo cual deberían ser aislados para evitar una nueva contaminación con los gérmenes del laboratorio.
4.6 El transporte
Consiste en la recolección y el traslado de los desechos desde los sitios de generación hasta el almacenamiento temporal y final. Cada establecimiento de salud debe elaborar un horario de recolección y transporte, que incluya rutas y frecuencias para evitar interferencias con el resto de actividades de la unidad. El uso simultáneo de los elevadores y de los corredores por parte de los visitantes, el personal médico e incluso de los coches de los alimentos no constituyen riesgo adicional de contaminación si los desechos están contenidos adecuadamente en los recipientes del carro transportador. Sin embargo, existe un problema estético y de percepción de la calidad del servicio por parte de los usuarios, por lo que se aconseja establecer horarios diferentes.
HorarioLa recolección se efectuará de acuerdo al volumen de generación de desechos y al nivel de complejidad de la unidad de salud; se realizará 2 o 3 veces al día y con mayor frecuencia en áreas críticas.
De preferencia será diferenciada, es decir que se operará de acuerdo al siguiente esquema.
          NO en horas de comida
          NO en horas de visitas médicas.
          Preferentemente NO en horas de visita del público.
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http://www.bvsde.ops-oms.org/eswww/fulltext/repind62/guiamane/manuma.html

EJERCICIOS DE LA PROFESIONES





ÉTICA DE LAS PROFESIONES
LOS OBSTÁCULOS  ESTRUCTURALES A LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL



I.- ÉTICA Y PROFESIONES

            Siguiendo las reflexiones  de Augusto Hortal en su libro  “Ética General de las profesiones”,  podemos afirmar que hablar hoy de profesiones y de ética  profesional es problemático. No termina  de ser persona ética aquella que en todo es intachable menos a la hora de desempeñar sus responsabilidades profesionales.
            La mayoría de profesionales suelen ser trabajadores por cuenta ajena que desempeñan sus tareas en empresas, instituciones y organismos en los que se les asigna lo que tienen que hacer.
            En la medida  que exista un cierto margen  para la responsabilidad del profesional es necesario reflexionar sobre ella. Los complejos problemas  que tiene planteados nuestra sociedad difícilmente podrán encontrar solución sin la aportación profesionalizada  de médicos, ingenieros, arquitectos, sicólogos, profesores, enfermeras…
            Hoy la profesionalidad suele justificarse más  por lo que tiene de especialización cognoscitiva (competencias) que por lo que tiene de compromiso ético. Pero la competencia profesional no basta. La ética a la vez que supone  unas garantías  en la prestación de los servicios profesionales contribuye a  la consolidación de una profesión.
            Una ética de las profesiones que pretenda estar a la altura  de la conciencia  moral alcanzada por nuestra época ha de ser un discurso coherente y capaz de orientar  la acción  interesadas en ser buenos profesionales, técnicamente capaces y moralmente íntegros en el desempeño de su labor profesional.
            Ser un profesional  competente y responsable  no consiste  exclusivamente en ser un  individuo racional y libre, que posee habilidades, sino que posee también modos de hacer, sentido de pertenencia  a un colectivo profesional, y compromiso social en el desempeño de su profesión.
            La ética de cualquier profesión ha de partir del reconocimiento y apego a los valores de convivencia que componen la ética cívica compartida: valores como la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto, diálogo…
            En la ponencia  de Emilio Martinez Navarro ”Ética de la profesión: proyecto personal  y compromiso de ciudadanía”, la pregunta ética radical la platea en los siguientes términos: ¿Qué estoy haciendo con mi vida?  Y la respuesta tiene que ver con cuestiones  que afectan a la propia vida  como es la dedicación profesional. Pero  esa parte de la vida está conectada con la vida social, puesto que la profesión es una institución social  que pretender ofrecer un servicio a la comunidad. En este sentido, pensar las profesiones a estas alturas  nos conduce  a plantear la relación entre profesión y ciudadanía.
            Hortal  distingue entre ética profesional y deontología profesional. La ética profesional  se plantea la profesión en términos  de conciencia y de bienes: qué es ser un buen profesional, en qué consiste hacer bien el ejercicio profesional. La deontología son los deberes  y normas  definidos por el colectivo o colegio profesional.

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            II.- DEFINICIÓN  DE PROFESIÓN

            Es difícil fijar los perfiles  y límites entre lo que es y no es una profesión mediante la enumeración  de varias características necesarias.
            Si se atendiese  sólo  a las voces de los profesionales, a lo que ellos dicen de sí mismos, la esencia de su profesión consiste en el servicio desinteresado a la humanidad. Un profesional  es una persona  consagrada  a su profesión  y a quienes necesitan sus servicios.
            Hortal  apunta las siguientes características: Profesiones son aquellas actividades ocupacionales:
a)      en las que de forma institucionalizada se presta un servicio específico a la sociedad,
b)      por parte  de un conjunto de personas (los profesionales) que se dedican a ellas de manera estable, obteniendo de ellas su medio de vida,
c)      formando con los otros profesionales (colegas) un colectivo que obtiene o trata de obtener  el control monopolístico  sobre el ejercicio de la profesión,
d)     y acceden a ella tras un largo proceso  de capacitación teórica y práctica, de la cual depende la acreditación o licencia para ejercer dicha profesión.


III.- OBSTÁCULOS ESTRUCTURALES  DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL

            En la sociedad actual  el trabajo además de una permanente fuente de frustraciones y amenazas, de alienación y explotación, es elemento estructurante  de la identidad personal (somos lo que hacemos), de la ciudadanía responsable y de la identidad del laico cristiano.
            Las pretensiones  de tener una responsabilidad autónoma por parte de los profesionales no se corresponde con la  situación cada vez más mediatizada en que se lleva a cabo el trabajo profesional en las condiciones y contextos actuales.
            Cada profesión  tiene sus propios contextos y cada ética profesional habrá de tomarlos en consideración. En términos generales  todas o casi todas las profesiones se ven expuestas a tres mediatizaciones fundamentales:

-          la mediatización técnica
-          la mediatización económica.
-          La mediatización  organizativa o institucional.

La creciente complejidad y tecnificación del trabajo hace de los profesionales
 más bien servidores  de una maquinaria que sujetos que actúan autónomamente. Hoy los profesionales trabajan en empresas, organismos, instituciones  que les asignan su cometido en el reparto funcional de tareas y competencias; no tienen otra cosa que hacer que lo que les toca hacer; haciéndolo cumplen con su deber.
            Además de ser asalariados hay otros condicionantes  económicos que se plantean a su trabajo profesional. Si trabajan en un servicio público tienen que atenerse  a las limitaciones presupuestarias y a los recursos asignados; si trabajan en empresas, su trabajo está sometido  al imperativo de la viabilidad y rentabilidad económica.
            ¿Queda margen para la responsabilidad profesional?

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            A.-  LA MEDIATIZACIÓN TECNOLÓGICA DE LAS PROFESIONES

            La técnica configura casi todos los aspectos  de la vida actual. Ningún ejercicio profesional está a la altura de las posibilidades y exigencias que hoy se plantean sin el uso de los medios técnicos.
            La técnica potencia las actividades profesionales. En principio las innovaciones tecnológicas se introducen para proporcionar mayor eficacia y precisión en la obtención de resultados, ahorrando esfuerzos.
La tecnificación, al ampliar las capacidades profesionales, trae consigo una primera y básica consecuencia ética para los profesionales: ser competentes técnicamente  es una condición necesaria, aunque no suficiente, para ser moralmente responsables en el ejercicio profesional.
            Un buen profesional tiene que estar al día  en la forma de plantear los problemas de su profesión y en las soluciones que aporta, lo que  hace necesario capacitarse continuamente en la utilización de las técnicas que se van renovando. El profesional tiene que ser un buen técnico para ser un buen profesional.
            Pero lo que empieza siendo una innovación al servicio de la mejor obtención  de los mismos fines, acaba pervirtiendo este orden, y terminan siendo los medios los que determinan los fines.
            La difusión de la  mentalidad técnica tiende a inhibir las capacidades de respuesta y responsabilización éticas de los sujetos éticos. En el ámbito tecnificado la responsabilidad se diluye, se llega a echar la culpa a la máquina o al “sistema” del mal funcionamiento de las instituciones y personas.
            El ejercicio profesional al tecnificarse , hace que se diluyan  los aspectos éticos de la profesión. El  profesional pasa a ser un técnico  instrumentalizado por el proceso. La única virtud que se le exige es la habilidad, poseer las capacidades técnicas necesarias para obtener los resultados  que otros desean. La tecnificación hace aumentar la alienación y hace crecer las dificultades para que el hombre encuentre una identidad coherente y con sentido. La mayoría de los que intervienen en procesos tecnificados complejos  no se siente responsable de lo que en ellos se hace.
            La tecnificación convierte al profesional  en una pieza de un proceso en el que cada cual desempeña su función de forma más o menos mecánica. En la vida profesional tecnificada los roles y funciones están previamente definidos; esto hace que el profesional sea una pieza sustituible. Plantear cuestiones éticas resulta disfuncional para el sistema, por eso el que  plantea los temas éticos tiende a ser sustituido por otro que se limite a cumplir con “su” cometido.
            Esto hace que impere el conformismo. La mayoría vive con cierto fatalismo el acontecer social. Esto no se debe sólo a la técnica, pero la  tecnificación contribuye a ello. El ejercicio profesional, una vez superados  los primeros idealismos, se vive con cierto sentido fatalista de sometimiento al “sistema”
            La técnica entra en la escena de las profesiones para potenciarlas y facilitar su ejercicio, pero con frecuencia termina suponiendo una amenaza para la ética profesional. A veces  se piensa y se reacciona pensando que la solución está en huir de la técnica, o en reducir la tecnificación al mínimo. Se corre el peligro de caer en una ética estoica y en un maniqueísmo social: todo lo interpersonal es bueno, todo lo tecnificado es malo.
            Frente a esta tendencia hay  que intentar conciliar ética  y técnica: y para ello hay que empezar por precaverse frene a la tentación tecnocrática, lo que nos lleva  a creer  que para todo problema humano hay una solución técnica.
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            El enfoque tecnocrático no consiste sólo en decir abiertamente que sean los técnicos  los protagonistas de los procesos sociales, sino también en reducir los problemas éticos a problemas técnicos. No hay que esperar que los problemas que crea la tecnología se resuelvan con sólo medios tecnológicos.
            No hay que esperar soluciones exclusivamente técnicas de los problemas éticos.
            En resumen, la tecnificación tiende a instrumentalizar al individuo, porque:
1)      invierte la jerarquía entre medios y fines: sólo se plantean aquellos temas para los que hay técnicas disponibles.
2)      Si algo es posible termina por hacerse necesario
3)      Induce a la tecnificación de las relaciones sociales: marketing, relaciones públicas, técnicas de persuasión..
4)      Diluye la responsabilidad: “problemas técnicos”
5)      Aumenta la pasividad y el conformismo: consumimos no sólo objetos, sino también puestos de trabajo, modos de proceder, modas, opiniones, diversiones.
6)      Aumenta la distancia jerárquica entre expertos y legos.
7)      Relega al silencio los temas éticos.

B.- LÍMITES  Y CONDICIONAMIENTOS ECONÓMICOS DEL
     TRABAJO PROFESIONAL
            Hoy los profesionales ejercen su profesión como asalariados, contratados por alguna empresa o como funcionarios de algún organismo público.
            La mediatización económica  del trabajo profesional  tiene una doble vertiente: la primera afecta  al mismo profesional que tiene en el trabajo su medio de vida, la segunda vertiente afecta a la misma actividad profesional.
            El profesional al ser un  trabajador por cuenta ajena, no es dueño de marcar sus finalidades; las tareas le vienen asignadas;  por ellas le pagan; y ése es su medio de vida. Por tanto está mediatizado por las necesidades vitales propias y de su familia, y esto supone una fuerte mediatización.
            Por otra parte el profesional tiene que aprender a trabajar con recursos limitados y dentro de unos márgenes que garanticen la viabilidad económica. La viabilidad económica se convierte en obsesión dominante en forma  de la maximización de la rentabilidad o del beneficio.
            Es normal que el profesional que trabaja por cuenta ajena necesita de la empresa en la que tiene su trabajo y ayuda  a que la empresa sea viable  y rentable económicamente. Pero aún siendo esto así,  el profesional debe actuar de modo que no se descuiden facetas menos rentables, pero exigibles en términos de responsabilidad social.
            De los profesionales se espera, según Parsons,  que en el ejercicio de su profesión no sean guiados por el ánimo de lucro, sino por cierto altruismo, por una orientación al servicio de la colectividad.
            La realidad  no parece ir por esos caminos. Hay una mercantilización de la  sociedad y una mercantilización de las profesiones. Pero lo que es, no es nunca  el último criterio de lo que debe ser.
            En la evolución más reciente  del sistema económico hay elementos y planteamientos que constituyen  un obstáculo  para la responsabilidad profesional e incluso para la mima  consolidación  de la identidad profesional: “el capitalismo flexible”
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            Richard Sennent llama “capitalismo flexible” a la etapa más reciente del capitalismo en la que productividad viene asociada a una incesante movilidad laboral exigida por la introducción de las nuevas tecnologías y adaptación  a las condiciones de competitividad internacional. Ello  conlleva la inestabilidad y precariedad en el empleo y contribuye a lo que  Richard Sennent ha llamado “corrosión del carácter”. La falta de estabilidad laboral representa una amenaza para el profesionalismo, pues obliga a trabajar en lo que sea y como sea
M. Castells  afirma que en la sociedad de la información o sociedad red la  división de las clases sociales pasa por la diferencia fundamental entre trabajadores insustituibles y trabajadores inespecíficos. Todo profesional que quiera y pueda hacer valer su profesionalidad irá haciendo valer su compromiso personal con los valores intrínsecos de su profesión.
Algunos sociólogos llevan años viendo indicios de que el sueldo y los niveles de consumo y status no lo son todo. Empiezan a hablar de la prevalencia  de “valores  postmaterialistas”: clima organizativo, mayor estabilidad en el empleo, participación  e identificación con la empresa a cambio de una estabilidad que es positiva tanto para la empresa (fidelización) como para el profesional, la corresponsabilización, la participación en riesgos y beneficios, la capacidad de innovación.


C.- EL MARCO INSTITUCIONAL  Y ORGANIZATIVO

.           Cada nuevo profesional  se encuentra con la profesión ya funcionando, tipificada, institucionalizada, disponible para ser llevada a cabo por cualquiera que esté en condiciones de hacerlo.
            El  profesional no se inventa su profesión. En la mayor parte de los casos  actúa dentro de cauces institucionales que marcan las pautas de lo que tiene que hacer y de lo que cabe esperar de él. Ningún profesional,  tanto si  trabaja en una empresa privada como si es funcionario público, ejerce su profesión inventándosela a cada instante sin ningún tipo de cortapisas ni límites. El medio social y la cultura compartida ofrecen un marco contextual que posibilita a la vez que impone límites y mediatiza  el ejercicio de la profesión.
            Una visión completa  de la ética tiene que prestar atención no sólo a lo que cada uno, como persona y como profesional, hace y promueve, sino también  a lo que la organización en la que trabaja puede y debe contribuir a proporcionar bienes y servicios, a respetar y hacer que se respete a las personas y a cumplir los deberes de justicia. No basta que haya que haya una actuación ética por parte del profesional y de cada persona que trabaja en la organización, es necesario que exista una ética de la organización (Lozano, 1999)
            De cómo sea la ética  de las organizaciones va depender que el profesional encuentre facilidades o dificultades a la hora de asumir sus responsabilidades de profesional en ellas, aunque no hay que dar por supuesto  que el profesional será el que quiera actuar éticamente y que será la organización la que se lo impida.
1)      Habrá empresas y organismos corruptos que terminen por corromper a los profesionales que empezaron queriendo ser honestos.
2)      Habrá profesionales deshonestos y corruptos que generen, mantengan y promuevan una cultura de corrupción allí donde trabajen.
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3)      Habrá empresas y organismos que tengan una cultura moral aceptable, que faciliten y promuevan actuaciones morales aceptables en  los profesionales que trabajan en ellas.
4)      Habrá profesionales que además de honestos, sean competentes, hábiles y prudentes, y contribuyan a mejorar la cultura moral de las organizaciones en las que trabajan.

Dentro  de las organizaciones en las que trabaja el profesional cabe distinguir
entre las empresas privadas y los organismos públicos. Estos contextos conllevan formas  diferentes de mediatizar, facilitar u obstaculizar el ejercicio de la responsabilidad el profesional que trabaja en ellos.
En la empresa privada el profesional ejerce su oficio en base contractual
poniendo  sus conocimientos, capacidades y habilidades al servicio de la organización o empresa, y donde el poder lo ejercen determinadas personas, que tienen capacidad para iniciar procesos, marcar objetivos, distribuir tareas y controlar el cumplimiento de las tares asignadas  y los objetivos establecidos. En la empresa privada el profesional  tiene una forma de dependencia más directa.
            En el sector público  el profesional,  funcionario o contratado, las cosas son en parte más fáciles  y en parte más difíciles. Lo normal es que el puesto de trabajo que se ocupa en la administración pública ya tenga un perfil claro que delimita lo que se espera del profesional en ese puesto. El ámbito de competencias y el modo de ejercerlas está burocráticamente establecido. Los conflictos tienen cauces administrativos y jurídicos para ser resueltos. El poder  es más o menos anónimo  y burocrático.
            El puesto  del profesional  en la administración pública es más orgánico, hay un reparto burocrático de competencias. Lo que no cabe es muy difícil que se pueda hacer como no sea por la vía de los cambios normativos.

            La burocratización empieza intentando ser una forma de racionalización de las relaciones sociales formales para obtener cierta forma de igualdad y trae consigo problemas  para el ejercicio responsable del propio trabajo y profesión:
1)      el procedimiento se absolutiza hasta desvincularse de lo que con él se pretendía conseguir; tiende a convertirse en rutina inevitable.
2)      Promueve relaciones sociales segmentadas y formales.
3)      Fragmenta la responsabilidad: cada uno cumple con su “deber” y nadie es responsable de un resultado conjunto catastrófico.
4)      El individuo se define por su función.
5)      Aumenta la pasividad y el conformismo.
            Aún así queda espacio para hacer las cosas bien y para hacerlas mal para esmerarse en solucionar los temas o para dejarlos sin resolver  e irse a tomar un café. En definitiva, se nota si un profesional  aprovecha los espacios y las posibilidades que permiten compatibilizar el propio compromiso profesional con el carácter de servicio público que conlleva el puesto de trabajo  en la administración.
            Estos contextos mencionados mediatizan de forma diversa el ejercicio de las responsabilidades profesionales que habría que concretar en cada caso y en cada profesión.
            El profesional en el ejercicio de su práctica institucionalizada tendrá que intentar armonizar  sus obligaciones profesionales institucionalizadas con las de las instituciones en las cuales se enmarca su actividad profesional y también con sus obligaciones no institucionales.
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IV.- INDIVIDUO Y ORGANIZACIÓN COMO SUJETOS DE LA ÉTICA
      PROFESIONAL
            Todos estos factores contribuyen a la sensación de impotencia generalizada y la responsabilidad profesional se debate entre el voluntarismo y el fatalismo.
Tras esta reflexión habrá que  formular cómo se relaciona la responsabilidad moral del profesional con la responsabilidad moral de la empresa, institución u organismo en el que trabaja. Según J.M. Lozano (1999) la ética en las organizaciones y la ética de las organizaciones no deben ser dos lógicas antagónicas, sino complementarias.
El contexto organizativo o institucional posibilita, configura y a la vez acota, restringe el campo de la responsabilidad del profesional y sobretodo le mete en un entramado de fuerzas, de poderes y contrapoderes en el que no puede proceder sólo desde sí mismo, desde sus capacidades  y convicciones

Perspectivas posibles y complementarias de la cultura moral de una organización:

1)  Es un producto que han hecho, hacen, mantienen y modifican las personas que han trabajado y trabajan en ella.
2)  La cultura moral de una organización es a la vez una realidad objetiva, institucionalizada y disponible para cualquiera  que entra a formar parte de ella.
3)  Los nuevos miembros de dicha organización que se incorporan para trabajar en ella están configurados en sus actuaciones por esa cultura moral objetivada en sus usos, costumbres y legitimaciones

¿Qué responsabilidad tienen los profesionales de actuar éticamente contando
unas veces y para unos asuntos con una cultura organizativa que favorece, facilita, pide y refuerza ese modo de actuar, pero que en otras ocasiones pondrá trabas, dificultades y obstáculos?
            Cuando un profesional  trabaja en una organización que le contrata, la responsabilidad moral tiene que poder compatibilizar las exigencias del rol profesional con las exigencias de lo que se espera de quien trabaja en una organización y para ella.
            A veces se alude al contexto para descargarse de responsabilidades. Otras, se pretende asumir responsabilidades sin tener en cuenta los contextos  en los que hay que ejercerlas.
            Es verdad que hay contextos que están tan marcados por la corrupción que  impiden  llevar a cabo en ellos un proyecto compartido de humanización de la vida. Pero también es cierto que los contextos ofrecen oportunidades además de obstáculos, y que solo podemos ser responsables de lo factible, dando pasos concretos en la dirección correcta antes que soñar mundos alternativos  de espaldas a la realidad.
            No deberíamos quedarnos con la impresión de que los profesionales son meras víctimas o colaboradores  ingenuos e irresponsables de un entramado de poder en el que ellos no son nadie.
            Siempre es posible hacer algo con la actividad y responsabilidad profesional. Decir lo contrario es caer en las trampas de las mediatizaciones  analizadas (tecnocracia, economicismo, burocracia). Es necesario ejercer la responsabilidad en el entramado de interdependencias que imponen los contextos.

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            No conviene estar en un discurso  moralizante que sólo habla acerca de cómo tendrían  que ser las cosas, pues esto llevaría al desánimo, al sentimiento de impotencia.
            ¿Cómo podemos vivir esa realidad que no nos gusta sin dejarla del todo como está, tratando de mejorarla y acercarla al ideal deseable cuanto sea posible?
            La descripción de lo que hay no cierra la cuestión de lo que puede hacerse; la descripción de una situación no dice nunca la última palabra acerca de nuestras  posibilidades de actuación en ella.
            Los profesionales de nuestro tiempo tenemos el doble reto de ser excelentes profesionales para ser buenos ciudadanos y de ser excelentes ciudadanos para ser buenos profesionales. (Martinez Navarro)
           


BIBLIOGAFÍA CONSULTADA:

- Hortal, A. (2002),”Ética general de las profesiones” capítulo 1 (p.23.32), capítulo 3
  (p.55-86). Desclée dB. Bilbao
- Hortal, A. (2007), “La profesión, lugar cotidiano del compromiso cristiano” Ponencia
   dictada en la VII Asamblea de Profesionales Cristianos. Loeches (Madrid), junio de
  2007.
- Martinez Navarro, E. (2006), “Ética  de la profesión: proyecto personal y compromiso
  de ciudadanía” en Revista VERITAS (Valparaíso, Chile) nº 14 p.121-139.

LINK :http://www.graduats.org/curso2007-2008/seminario/textopatrici.htm